Así lo hizo. Por dos puntos se impuso al Nantes en Liga, pero la Copa, esta vez, le esquivó dos veces consecutivas: primero contra el Bastia, donde ya militaba el genial camerunés Roger Milla, y después contra el PSG en el 81, en una legendaria final que los parisinos vencieron por penalty frente a un Saint-Étienne que ya estaba muerto entonces.