Ingresos por entradas, por ventas de material, etcétera, eran desviados en contabilidades opacas y servían tanto para pagos de los jugadores con contratos más altos como de fuente de ingresos para el propio presidente o el entrenador, Herbin, quien dejaría el club en el 83. Durante dos años se ocupará del Olympique de Lyon, pero ambos se irán a la 2ª División. Entre medias, los años gloriosos y un epílogo en 1981 con el superlativo Michel Platini.